viernes, 11 de diciembre de 2009

Respirando que es gerundio (y una necesidad).

A veces me pregunto si las palabras que, como una hilera de hormiguitas, se alinean en estos espacios, cuando un blog muere, van a un cementerio en la red o simplemente desaparecen como si nunca hubieran existido. Alguien comentó una vez que no perecen; imagino a las ondas de radio viajando infinitamente por el espacio, sorteando obstáculos, quedando atrapadas en objetos;dicen que viven entre las moléculas del cristal como esos espías rusos latentes, hibernados, a la espera de que un golpe, un sonido, desestabilice las moléculas que las atrapa y surja de nuevo la voz silenciada milenios ha. Podría ser una explicación a ciertas psicofonías o quizás esté desvariando de nuevo sin que sea la fiebre la culpable. Lo cierto es que este blog, cuaderno o libreta virtual, es como esas voces atrapadas. ¿Resurge como la vida en el estertor del anciano o del que agoniza para luego hundirse en la oscuridad más absoluta? ¿o por el contrario es eterno? No quisiera morir, la muerte me da claustrofobia y pensar en ella más aún. Pero lo único cierto es que moriré, quizás mi recuerdo perviva mientras alguien me recuerde o piense en mi pero quizás estas palabras, como ondas de radio, me sobrevivan. Quisiera que si algo de mi queda cuando desaparezca se funda con el mar.No deseo sobrevivir a mis padres.

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